Es uno de los oficios
más antiguos que existen. No hay música de América que no les cante. Lejos de las urbes, allí donde se extienden las
inmensidades, estrechamente ligados a la intemperie y el silencio, sorteando
duramente las inclemencias del tiempo, durmiendo en cuevas y atravesando ríos, hermanados con sus perros y caballos, y animando a la tropa por los caminos, van los arrieros.